El campesino
A través de los surcos en hilera
discurre el labrador de faz tostada
ha querido regar de madrugada
su parcela de humilde sembrar.
Es la asada su humilde compañera
y entretiene al calor de la jornada
diciéndole cantares a la amada
que en el cortejo familiar le espera.
Dejad que goce en amistoso trato
del verde campo y del verano austero
y esta luz es la alegría del ambiente
la deliciosa paz de labrar.
Ajeno al banal ruido y al boato
sin huir de la paz un guerrero
y en el arado blandiré ese acero
que es suplica de amor y no mandato.
Y al mirar como corre el agua
por los surcos, el riego cristalino
en que retrata el sol su roja fragua.
Le parece una flauta el campo entero
y el se imagina un músico divino
que siembra notas en reglones de agua.
Abre el arado fecundante herida
en que germina la gloriosa suerte
de la campiña plácida y serena.
Porque ese arado es libertad y es vida
en vez de aquel que es tiranía y
muerte
tajo en la espada y nudo en la cadena.
SEUDÓNIMO: ROUSMY
CATEGORIA: “C”
IES San Carlos
UGEL: AZANGARO
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